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Archives for : Amigos

La vida te toca, la muerte te enseña

Una mañana desperté como cualquier sábado.
Ese sábado me aburrí como cualquier mañana.
Ese día mi vida cambió, como cualquier vida.

La rutina dejó caer sus granos de arena.
Mi reloj «ideológico» hacía su tic tac alrededor de todos.
Una llamada, una verdad, un dolor, unas lágrimas…

Esa mañana supe que mi vida cambiaría
Esa mañana supe que tu muerte me daría más vida.
Esa mañana un pedazo de mi parte buena se fue con vos.

Hoy te pienso, te imagino, te busco.
Hoy te recuerdo, te extraño y también te culpo.
Te fuiste muy pronto sin dejar todos los manuales escritos.

Tus entornos circulares, tus afectos particulares…
Tu amor, tu pareja, tu compañera de camino tiene los ojos tristes.
En su mirada me pierdo. En sus ojos me reflejo. En su tristeza me enriedo.

Nos dejaste solos y a la vez acompañados.
Te fuiste, pero seguís estando…
Tu nombre siempre nos estará sonando.

Cada vez que levanto mi copa, en voz alta o en silencio,
digo tu nombre, aunque no me secundabas bebiendo.
Brindo por tu amor, y tu enseñanza. Vivo y soy feliz para honrarte.

VAF, nunca te voy a olvidar…

De ruedas, rulemanes, piñones y zapatillas…

Desde algún lugar profundo de mi mente, o mis entrañas, nació una necesidad de cambio allá por el 2010.
En la búsqueda de ser mejor para los otros, me perdí…

Y por no bajarme de mi rutina diaria, continué con la dolorosa tarea de ser simplemente yo.

Pero en algún momento, y aún no sé porqué, mis piernas tomaron el control de todo aquello que mi corazón deshilachado perdía como arena entre los dedos.

Allí fué cuando encontré la magia y la libertad reunida en un solo gesto: desplazarme por la vida sobre ruedas y sin polución.

Primero fueron los patines en línea (rollers), después volví a mi antígua novia la bicicleta.
Hoy flirteo como un amante comprometido e insaciable entre ambas.

Después de haber recorrido varios kilómetros de vida, descubrí que recién ahora comenzaba a avanzar hacia algún lado.

Desde mis primeras salidas grupales con otras personas ávidas de libertad, viento en la cara, y deseos casi paganos de divertirse de manera intensa, volví a tener vida social, y un sinnúmero de experiencias divertidas y lejanas a mis desiluciones cotidianas.

Hoy me siento un poco extraño, al «nostalgiarme» de a ratos con momentos pasados, y con momentos aún sin vivir. Pero mi corazón aceptó sublimarse a mis piernas, y mis deseos se aplacaron ante la excitación y la fatiga de recorrer kilómetros de ruta, calle, caminos, veredas, y hasta millas marinas, en pos de trasladarme hacia algún lugar por la vida.  Pero siempre sobre mis ruedas.

Esto debería ser una oda a las ruedas, pero en realidad se trata de agradecerle a todos esos delirantes, amantes de la libertad de andar, por haberme ayudado a reencontrarme con otros sentidos.

¿Soy felíz? No lo sé… pero sé que puedo ser menos infeliz en la medida que yo mismo lo provoque.

Así que desde hoy, comenzaré a construir felicidad y goce andando más en rollers, paseando más en bici, bailando, cantando, teniendo sexo (bueh! eso ya no depende solo de mis piernas, sino de las de alguien más), y hasta permitiéndome ser un mejor yo, pero para mí.  Para recién después compartirlo con otros.

Hagan el intento… no solo transiten por la subsistencia.  Avancen, que allá adelante, en algún punto finito del horizonte, los está esperando su yo… su verdadero yo. Ese que dejaron atado hace algún tiempo, con contratos, compromisos, obligaciones morales, y hasta necesidades innecesarias creadas por el voraz virus del consumo.

Seguro… que cuando se alcancen, habremos de esperarlos muchos más, que como Uds. nos estamos buscando. Y juntos, saldremos a rodar por el mundo con solo una botella de agua y una bolsa de deseos e ilusiones de felicidad y goce, que solo requieren que abramos su envoltorio y la consumamos frescas.

Los espero. O… si Uds. llegan primero, reservenme un lugarcito en el atardecer que no nos pueden mezquinar, porque está ahí para todos nosotros.

Traigan parches, inflador, rulemanes, ruedas extra y reflectivos para la ropa, porque la noche y los baches siempre están ahi, pero si lo recorremos juntos, no podemos quedarnos en el camino.

Los dejo, porque tengo que humedecer mis labios con besos, para hidratar mi cuerpo con goce, y embellecer mi corazón con amaneceres.

 

Vacaciones… del trabajo y de las personas

Tengo un amigo, de buena posición (suele sentarse en la silla con la espalda derecha 😛 ) , quien me contó que ha vacacionado de toda su familia.

Mandó a la mitad a la playa y la otra parte a las montañas.

A todos en lugares all inclusive, y con lo necesario para pasarla V.I.P.

Mi guiño pícaro al enterarme, fue preguntarle sugerentemente en que gastaba su tiempo. (intuyendo salidas nocturnas, o «pirateadas» acordes)

A lo que él respondió,
– «en mi ondulante libertad»

Al no entender a que se refería le pedí que aclare…

– «Mirá, desde que nacieron mis hijos, luego empezaron a caerles primos, amigos, novios/as, no tengo espacio propio en mi casa (me refiero a toda ella,  mas allá de mi estudio), para andar con comodidad.  Y por fín ahora, sin ninguno de ellos pululando, ni mi mujer ni anexos, estoy libre para disfrutar toda la casa»

+ «Ok (le respondo yo), pero decime, a que te referís con ondulante?»

– «Alguna vez anduviste por tu casa haciendo todas las tareas cotidianas, ya sea cocinar, ver tele, prepararte un trago, sentarte en el sillón a leer, usar la caminadora, o lo que sea estando totalmente en bolas?  Bueno… a eso me refiero con *ondulante* libertad»

Me empecé a reir, y ahí entendí que uno sin darse cuenta, en algún momento comienza a perder (o abandonar), esa relación maravillosa con la desnudez, y casi que va perdiendo el deseo de disfrutarla.  Al menos gente como yo (medio pelos de clase media), que nunca han ido a una paradisíaca playa nudista.  Además, no es lo mismo, ya que no te podes rascar la nalga a lo Homero Simpsons, o «dejar ir uno» (si es garantizado que no trae «premio»),  o simplemente acomodar los «amigos» con la naturalidad de no disimular el gesto.

Despues de la charla con él, hice el intento en mi casa, y raramente a los 10′ tenia puesta la bata de toalla (salida de baño), y a los 30′ me vestí para ir al chino a comprar algo y no volví a recuperar mi ondulante libertad.

 

Creo que es hora de reencontrarme con el «andar en bolas», siempre que sea dentro de las 4 paredes de mi casa, y no en mitad de Cabildo y Juramento.

Debería depilarme el abdomen y las gambas?  (Ja!  ni en pedo)

 

Saludos!

Se fue el 2011 y todavía me quedan pendientes

Hola a todos,

Siento deseos de despedirme del 2011, año que me abofeteo en ambas mejillas.

Hoy dia 3 de Enero,  finaliza un año duro y comienza otro
de la mano del cumpleaños de mi amigo @danielcoletti

Se me  Ocurren 10 mil bolud*** para escribir,
pero seguramente caería en espacios comunes y vacíos.

Les deseo un muy buen año a todos!!! y espero aprender mas y mejores cosas para vivir una mejor vida.

Pablo Medrano