Hace largo rato que vengo insistiendo en un lugar por demás pintoresco, y que me seduce la armoniosa manera que combinaron la arquitectura colonial con una loza y unas vigas frias pero modernas… coloreado con azules, ladrillos a la vista (antiguos y gastados), y muebles siglo XX medio americanos, medio 80’tosos.
Se trata de Capisci, un restaurante muy bien ubicado (ver enlace), y muy bien ambientado por la hermosa plaza donde se encuentra plantado.

El lugar me seduce en su aspecto, pero tiene muchisimas falencias que me han terminado de convencer a no volver a ir.
Resulta ser que en el menú existen variedades de platos, (agradables e interesantes), y tambien existen los precios (no tan amigables).
Entre estos precios, figura el costo del «laudo» o cubierto, el cual me parece un despropósito debido a lo siguiente:
- No te dan panecillos y untables para amenizar la larguísima espera hasta recibir tu orden.
- No tienen servilletas de tela para usar, (solo las de cafetería cuadradas y poco absorbentes), resultado? dedos engrasados
- No tienen WiFi en el local
- Los baños no tienen toallas de papel opcionales, y solo el secamanos de aire caliente
- Durante el día (no se si esto cuenta), no cuidan a los clientes de la invasión de personas que trabajan (organizadamente), mendigando mesa por mesa rotando cada 15 minutos.
- Está lleno de palomas invasoras en su sector abierto (no es su responsabilidad pero es para tomar en cuenta)
Fuera de esto debo decir que la mayoría de los camareros que me atendieron, siempre lo hicieron con amabilidad, respeto y muy buena voluntad. Algunos muy profesionales, y otros algo principiantes, (sin por esto quitarles mérito en su atención)
Los platos son relativamente pequeños en relación a los precios, pero no están mal después de todo (en tamaño).
El menú es algo confuso, debido a que la gente de la cocina del mediodía no tiene el mismo criterio que la de la noche.
Si pides algo al mediodia, y te gustó, al pedirlo a la noche no es el mismo plato (no está servido igual, y no contiene lo mismo)
Para ser honesto debo reconocer que la calidad de la materia prima suele ser buena, pero difiere con la debida preparación que debería tener.
Algo que para ellos es un «Paninni capresse» se trata de un pan figazza semi tostado, con rodajas de tomate criollo (demasiadas), muzarella amarilla fundida (igual a la de las pizzas), y nada de albahaca fresca en julianas o en hojas, sino una especie de pesto sin ajo y abundante aceite mezcla.
(podría seguir si quieren, porque no se salvan las aceitunas con carozos, ni el excesivo pimentón en ciertos platos)
Los vinos son caros en relación a otros lugares
La cerveza es común, pequeña (y cara), o en presentación de 600 ml. (tambien común y cara)
En definitiva, he perdido el deseo de volver (despues de varios intentos fallidos), y siento que no es un lugar para deleitarse, sino que es un lugar al paso que sería justificado si sus precios fueran acorde a la preparación y presentación ofrecida.
Capisci, acaba de pasar a mi lista gris (espero revertirlo si alguna vez caigo por alli inevitablemente y descubro que han cambiado), sino pasará a mi LISTA NEGRA si lo confirmo una vez más.
Saludos a todos y cariños en las barrigas (que es la mejor manera de definir una buena comida)